27 ago 2010

Células madre: DESORGANIZACIÓN

El primer día en  Dusseldorf lo dedicamos a pasear, comer salsichas, probar la cerveza del país y familiarizarnos con la ciudad, por cierto muy agradable, animada y limpia.
El día siguiente se reunió con nosotros un amigo parisino, y por la tarde nos presentamos en grupo de 6 en el centro clínico donde íban a extraerme las células madre, comentando que cuando nos vieran llegar, pensarían que los españoles nos desplazamos en tribus...
Una vez más, Pepa nos llevó directamente a la clínica situada en el margen izquierdo del Rhin, una recién estrenada filial del centro de Colonia, aparentemente desbordado. Lo primero que nos pidieron cuando nos identificamos en la recepción, fue el pago de 7.500 € (casi nada), y nos quedamos esperando sin que nos hicieran mucho caso, hasta que decidimos llamar a nuestro contacto español, que nos dijo que vendría más tarde y que nos mandaría a una enfermera que hablaba nuestro idioma.
Tras otro buen rato de espera apareció una joven que no parecia saber nada de nada, pero tras un breve intercambio de información con nosotros dijo que se hacía cargo y se fue. Momentos después volvió diciendo que el médico nos esperaba. La seguimos hasta el despacho y ahi empezó un cuestionario sin pies ni cabeza que a mi me llevó rápidamente a la conlusión de que se equivocaban de paciente, pero ni el médico ni ella se daban cuenta e insistían en saber cómo me había ido tras mi última visita. Me hablaban de un accidente de tráfico y nos estabamos volviendo todos locos hasta que mi hijo preguntó si alguien del centro hablaba francés. Por suerte, entre el personal había una señora francesa con quien nos entendimos de maravilla y una vez demostrado que yo no era el tal Roberto de Palma de Mallorca cuyo expediente estaba ante los ojos del médico, nos fuimos otra vez a la sala de espera, bastante extrañados de la mala organización y poca vista de "esta gente".
Yo preguntándome cómo podian confundirme con un hombre y si estas cosas me pasaban sólo a mí ó eran comunes. Había transcurrido hora y media, y mientras tanto, la persona con quien realmente estabamos citados se tiraba de los pelos y maldecía nuestra informalidad.
Pero no acaba aqui la mala pata. Resulta que cuando por fin nos encontramos en el lugar indicado, aparece nuestra mal lograda intérprete, quien debía proceder a una extracción de mi sangre para un análisis. Entonces nos dimos cuenta de que como enfermera era, si cabe, aún peor. Me pinchó 5 VECES sin resultado, mis hijas querían protestar pero a mi me daba lástima la pobre muchacha y, con la mirada, las incitaba a tener paciencia. Mientras, la papelera se iba llenando de agujas y guantes desechados. Finalmente, Mylena dijo "Gracias a Dios que no estan aqui ni mi hermano ni mi novio porque ya estarian rodando por el suelo", y añadió que si era incapaz de sacarme sangre, llamase a alguien competente, lo que finalmente no le quedó más remedio que hacer. El mismo médico que iba a realizar la extracción de células fue quien me tomó la muestra de sangre: 7º pinchazo. Y mientras esperaba el resultado me fue instalando en una camilla.
 Después, ya todo fue como debía de ser, los detalles técnicos y científicos no se me dan bien, pero si alguien quiere saber + le aconsejo la excelente descripción de Isabel Rojas en el apartado "Testimonios" de Ela Andalucia.
La extraccion de las 800 mil células (pocas pero "de calidad") fue algo doloroso pero llevadero, y a partir de ahí ya no hubo más incidencias.
Antes de irnos apareció el médico español, quien oyendo nuestras quejas se disculpó amablemente, explicando que acababan de abrir y aún estaban algo desorganizados. "Ni que lo digas" pensamos nosotros...

19 ago 2010

Viaje a Alemania: La ida

Es curioso el modo en que a veces tomamos decisiones.
Personalmente suelo pensar detenidamente cada uno de mis actos, pero el viaje a Alemania no lo pensé ni un minuto, y no porque tuviera esperanza, más bien como que me daba igual de todo, como el que dice "de perdidos al río".
En el fondo creo que lo hice por mis hijos, que no hacían más que buscar soluciones, sobre todo Rosalia, la más internauta de los 3. Ella fue quien un día me habló de células madre y todo lo referente al tema. Me dijo que había contactado con la clínica, me dió fechas y por último me adelantó recelosa el coste de todo el plan...
En el mismo instante me apeteció darle una alegría y le dije que lo organizara todo, que yo tenía el dinero (ella lo sabía, pues nunca oculto ningun asunto de interés familar)
Quizá acostumbrada a mi sensata gestión del dinero, temiera que me pareciera mucho gasto. Era en abril de 2009, una vez decidido el viaje dijimos que hacían falta 2 acompañantes, pero todos querían venir, incluido Jose asi que reservamos 5 plazas en un vuelo de bajo coste donde nos aseguraron que no había problema por que estuviera en silla de ruedas. También alquilamos por internet un coche de 7 plazas, reservamos el hotel, y... a hacer las maletas ¡que nos vamos de vacaciones!
Dos días antes se me ocurrió decir "Espero que no haya que subir al avión por las escaleras", comentario al cual todos contestaron que eso ya no existía, que nunca les había pasado y que no fuera agorera.
El hecho es que a mí tampoco pero esta vez si que pasó. Llegados a la puerta de embarque nos separaron diciendo que se quedase sólo uno conmigo, y por primera vez  en la historia de nuestros vuelos tocaba subir al avión por la escalera, vaya, que hay que tener mala suerte...
Llegamos cuando los demás pasajeros ya habían embarcado, salvo Jon que se negó, diciendo que quería ver cómo subían a su madre. Pues fue asi: trajeron una silla sin cinturón, ni laterales, y 2 chicas de unos 50 kgs. emprendieron la tarea de subirme entre las protestas de mis hijos, mi miedo y las miradas de la gente. Cuando querían sentarme junto a la ventanilla tirandome de los brazos, que entonces me dolían a horrores, les relaté que me daba igual el protocolo y conseguí quedarme del lado del pasillo...
Llegamos a eso de la 22h y la salida del avión fue más amena, ya que allí disponían de una silla homologada manejada además por 2 corpulentos alemanes.
Una vez en la terminal, Rosalia y yo fuimos al baño, Mylena y Jose a tomar algo, y Jon a ver del coche. Cuando vimos que tardaba en volver decidimos ir a ver qué pasaba y le vimos hablando por teléfono bajo la atenta mirada de la dependienta, señal de que teníamos el primer problema: efectivamente su tarjeta no le permitía pagar, y no se podía operar en efectivo.
Por suerte yo pude utilizar la mía y, llave en mano, nos fuimos a buscar el coche. Nos pusimos en marcha con el itinerario elaborado en el mapa que supuestamente no tenía pérdida, aunque no tardamos ni 10 minutos en parar en una gasolinera totalmente desubicados. Mientras mis hijos iban a ver si se entendían con el alemán, Jose que se quedó conmigo, descubrió que el coche estaba equipado de navegador... entre risas llamamos al grupo, y en pocos minutos consiguieron entre todos que este aparato nos hablara en español con una voz de mujer a la que rápidamente llamaron "Pepa", a pesar de su acento alemán, y desde ese momento Pepa nos condujo hasta la puerta del hotel, que respondía a nuestros requisitos, con lo cual sin más nos fuimos a dormir...

11 ago 2010

Vaya tardecita!

Si resisto la tarde de hoy con Angel, mi madre, mi hermana, mis hijos, nuestra perra y la tele, ya puedo decir que tengo una salud mental a toda prueba.
No sé si conoceis la expresion "somos 7 con 17 conversas", es de mi tierra, pero pienso que se entiende. Pues eso tengo aqui hoy, cada uno habla de lo que le apetece sin preocuparse de lo que digan los demás, de todos modos mejor así porque mi madre habla un portugués muy suyo y además esta un poco sorda, al igual que Angel, que aunque tiene unos audífonos casi nunca se los pone (dice que le retumba). Nosotros decimos que lo que retumba es nuestra casa cuando no se los pone y enciende la tele... además no nos atrevemos a decirle nada porque entonces se pasa la tarde subiendo y bajando el volumen y preguntando: "¿Esta alto?"
Hoy venía despistadillo, pues aunque conoce a mi madre hace años, se quedó mirando hasta que mi hijo dijo: "Es mi abuela". Él contestó: "¿Qué abuela?". Luego se llevó las manos a la cabeza, señal de quien acaba de darse cuenta de su despiste.
Yo intentaba comunicar con mi hermana pero de pronto oía, por ejemplo, a mi madre: "¿Se ha ido Angel?"
Mi hijo: "No, esta en el baño"
Mi madre: "Ah! Esta descansando"
...Y asi toda la tarde. Por una parte el casi monólogo de mi madre relatando su reciente operación de cataratas, por otra Angel hablando de su sordera y, mis hijas diciendo que ya que no usa los dos audífonos le puede dar uno a la abuela... Entonces Angel, que no entiende la broma, dice que sí e inicia un diálogo de "sordos" (nunca mejor dicho), que media hora después les llevó a la conclusión de que ambos tienen afectado el oído derecho, aunque el médico les dice que tienen peor el izquierdo.
Mientras, yo decidí ponerme a escribir ante la impotencia de no poder desempeñar mi papel de intérprete, que tantas veces me ha desesperado...      

8 ago 2010

"Ética", asignatura pendiente.

"¿Por onde andará o teu sono?" Decía el mensaje que me envió mi hermana tras su visita de 3 días la semana pasada. Una manera algo poética de preguntar porqué no puedo dormir.
Yo sé porqué el sueño me abandona, es un castigo a mi inactividad fisica, que considero injusto ya que yo estaba muy a gusto con mis diversas actividades.
Añoro el tiempo en que tras una intensa jornada laboral y las tareas del hogar terminadas, seleccionaba el programa televisivo, me tiraba en el sofá y me dormía de imediato. Cuando digo que seleccionaba estoy hablando de los últimos tiempos, cuando ya más o menos vivía sola, porque evidentemente, con todos en casa ni lo intentaba, pues me quedaba sin argumentos ante la evidencia, puesta en juicio por algún miembro de la familia: "Para qué iba a eligir yo el programa si me dormía en los primeros minutos".
Ahora paso las noches en vela y he agotado todas las técnicas recomendadas, menos la de contar ovejitas que me parece un tanto ridícula. Ya dejo vagabundear mis pensamientos por montes y valles, libres como el viento.
Esta noche pasé largo rato trazando planes sobre cómo repartir los 18 votos que me quedan entre los concursantes de los "Blogs 20 minutos"...
Primero se me ocurrió coger 18 letras del alfabeto y elegir un nombre al azar y listo. Pero enseguida oí la voz de mi consciencia diciendo que esa no es mi ÉTICA, y entonces mi mente empezó a desvariar en torno a esta palabra cuyo significado para mí es: "integridad moral". Pero, ¿cuántas éticas hay?
¿Hay una para todos o es que cada persona tiene la suya propia? Hay una ética familiar, religiosa, profesional... ¿Habrá una ética matrimonial? ¡Huy! Eso me trae malos recuerdos... Paso adelante, ¿es que la ética se aprende, o está en los genes? ¿Ó hace falta un poco de los dos ingredientes: el que se hereda y el que aprendemos de nuestros educadores?
Aún recuerdo la polémica sobre el decreto que anulaba la religión como asignatura obligatoria, instaurando la ética como alternartiva, cuando mis hijos iban al colegio, y más recientemente sobre la introducción  de "Educación Ciudadana". Cuando en un sondeo me preguntaron si estaba a favor dije que, aunque ignoraba qué impartía exactamente, no podía ser malo, y me declaré partidaria pensando para mis adentros: "Ojalá consigan que un día dejen de destrozar el mobiliario urbano, que no dejen la plazoleta desbordada de envases de todo tipo y, ya que estamos, que dejen de chillar bajo mi ventana hasta las 5h de la mañana".
Entre las 7h y las 8h decidí que iba a seguir visionando los blogs y que Dios me ayude porque hay  miles. Claro que si yo tuviese un  grupo de blogueros amigos no tendria + que intercambiar con ellos, pues esto es algo asi como el festival de la canción eurovisiva. Da igual lo que canten, ya el mismo comentarista nos va adelantando los votos de cada país.
En resumen, a veces ser íntegro nos complica la vida. En fin, voy a ver si me aclaro con 2  que me gustan bastante, lo que pasa es que me dió por leer sus comentarios y empecé a dudar... Uno me da la mala espina que todo lo ha plagiado, la segunda es una mujer, que defiende sus opiniones con una vehemencia que, a mi ver, roza la impertinencia y es claramente intolerante.
¿Me perdonará mi integridad moral si no voto a alguien cuyo blog me gusta, pero que me cae mal?

2 ago 2010

1 ago 2010

Dios, devuélveme a mi madre

Ese verano 2008, a pesar de mi estado de convalesciente, hemos desarrollado, mis hijas y yo, una actividad frenética.
Por un lado, las innumerables pruebas y citas médicas, por otro atender a Angel y ayudarle en lo posible tras el fallecimiento de su mujer. Luego, a Rosalia que llevaba tiempo compartiendo piso, le entró el gusanillo de buscar algo para comprar, aprovechando la caída del precio de la vivienda y también la ayuda económica por parte de Angel y mía.
Así que nos arrastró a su hermana y a mí, de piso en piso durante un mes. Paralelamente todas las mañanas íbamos a un centro de rehabilitación, al que mis hijas me obligaban a ir andando, convencidas de que en el movimiento estaba mi cura. Se habían transformado en auténticas fisioterapeutas...
Durantes 3 meses acudí a ese centro, cuyo coste exhorbitante no hubiera podido asumir sin la ayuda de Angel, quien insistió en que fuera, convencido él también, en que eso me haría mejorar. No fue así y ahora que lo pienso, lo he pasado muy mal.
Una vez, cruzando mi calle del brazo de Mylena y una muleta en la mano derecha, casi nos atropella una furgoneta, y cuando digo "casi" no exagero nada, puesto que mi hija llegó a dar puñetazos en la chapa mientras gritaba "¡Para, para!". El vehículo no tenía luna trasera, sino chapa, y salía de la calle marcha atrás. Yo lo ví venir pero mi garganta se negó a emitir el menor sonido, lo cual tampoco hubiera ayudado, ya que mis pies quedaron automáticamente pegados al suelo.
Mylena hablaba y al mirarme y ver mi expresión, solo tuvo que seguir mi mirada al tiempo que alguien desde la acera gesticulaba al conductor. Todo quedó en un susto y el recuerdo de estas palabras de mi hija en su estilo bromista, pero en este caso una gran verdad: "Has visto mami, que me hubiera dejado aplastar antes de soltarte". 
Otro día nos topamos con un exhibicionista, quien al ver que no podíamos escapar, se plantó a unos 30 metros de nosotras en nuestro camino, con los pantalones bajados y soltando toda clase de obscenidades. Esta vez fui yo quien dijo una frase que sorprendió a mi hija por inusual en mí y que no voy a repetir... Enfin, ni mis hijos ni yo olvidaremos las mil peripecias derivadas de mi enfermedad.
En septiembre ya sabía q tenía ELA pero me negaba a indagar sobre el tema, aunque me daba cuenta de que ellos sí buscaban.
El día que recibí la llamada de Canal Sur radio, preguntando si iba a volver, les dije que sí y que iría con Mylena para que aprendiera y posteriormente ocupara ella mi lugar. Empezamos en Septiembre y hasta Navidad, cada mañana de 8h a 9h30, teníamos cita con las noticias...
Desde el inicio me dí cuenta de que mi voz estaba tocada, mi discurso se entrecortaba, me faltaba el aire y quiero decir aqui, por si alguien de la plantilla de RTVA lee esto, que no hubiera podido seguir sin  ellos, los técnicos que paliaban mis dificultades y, lo más importante, me animaban, llegando a sorprenderme el cariño que recibía ya que mi intervención era mínima y siempre salía corriendo para otro trabajo.
Por eso nunca olvidaré a Marco, Irene, Pilar, María José, Pedro, Antonio y todos.
En mi memoria quedan también estas palabras de mi hija pequeña una noche en que vino a mi cuarto a ver si estaba bien. Al oír mi voz ronca dijo: "Dios, devuélveme a mi madre".