1 jul 2015

(In)-Genio y figura


Una vez más, mi hermana ha hecho el viaje de unos 600 kms. desde Vendas Novas hasta Sevilla, dejando a mi cuñado solo y desatentidas sus múltiples tareas.
Cuando llega, ella se hace cargo de la casa, principalmente de la cocina. Se trae productos de la tierra, verduras frescas de la huerta, ¡y hace unas comidas caseras de quitarse el sombrero!

El primer día, ordenando el salón, se preguntaba para sus adentros, porqué el cojín de mi sillón estaba hecho tiras... Cuando vió con sus ojos para qué servía el destrozo del cojín, alucinó con nuestro ingenio (recordandome que lo quería explicar en este espacio).



Os cuento, cuando salí del hospital, después de que me hicieran la traqueotomía, había que hacerme expectorar frecuentemente, usando el asistente de tos (un aparato que pesa un montón).
Al toser, me entraban ganas de orinar, un agobio para todos. A mí, que me levantaran me costaba la propia vida, por otra parte, tampoco hay siempre alguien para levantarme. Teníamos un problema, a menos de pasar las 24 horas del día en la cama.
Jose dijo que iba a estudiar la manera de hacer un agujero en el sillón, algo imposible, pero... La idea estaba ahí.
Rosa fue a la ortopedia y compró la botella. Jon estuvo rápido, tomó las medidas del cojín, se fue a una tienda de goma-espuma, eligió la mejor calidad, le explicó al vendedor lo que quería y vino a hacer una prueba.

Una vez perfeccionados los detalles, le dijimos que nos hiciera las fundas y listo el invento. Me costó un dinerillo, pero valió la pena.

Hay que decir que cuando empecé a tener dificultades, me compré una butaca relax, amplia, alta y durita, totalmente ideal.

Les dije a mis hijos de hacer un video, y se rieron como locos... ¡Ahi lo teneis!


(Escrito con la mirada)