22 jul 2012

Caídas sin desvelar



 


No he contabilizado mis caídas, en parte porque me encontraba bien y lo atribuía al cansacio y a las prisas.
Ya las he contado alguna vez en este espacio, pero quedan 4 gordas que he ocultado a la familia por tal de no escucharles.
Ahora ya es igual para mí,  y mi familia a estas alturas ya estan curados de espanto... De todas formas hoy por hoy, después de tanto tiempo sin participar en las conversaciones, me acostumbré a solo escuchar y según lo que oigo, por un oído me entra y por el otro me sale. Así que dicho queda...
Bueno, a lo que iba, las primeras ocurrieron aquella vez en que estaba sola, mis hijos ausentes cada uno con  su vida. Después de caerme en la calle e ir al hospital, me quedé unos días en casa sin avisar a nadie creyendo que sería pasajero. Mi vecina sacaba a mi perrita y cualquier cosa que necesitara pero yo me las arreglaba sola, me desplazaba por la casa con muletas ó agarrandome a las paredes y muebles.
La 1ª fue al levantarme del sofá, tan pronto como cogí  la muleta, así caí entre la mesa y el asiento sin hacerme demasiado daño. La 2ª vez caí saliendo de la cocina al pasillo, me arrastré hasta la encimera y a duras penas me puse en pie. La 3ª fue al dia siguiente, iba de mi cuarto al salón con el botiquín de plástico duro contra el costado derecho con la intención de ordenar su contenido, me quedaban 2 pasitos para alcanzar mi meta cuando mi cuerpo se proyectó hacía adelante golpeando la mesa y clavandome la caja en las costillas. Nunca sabré cuantas me he roto pero diría que 2 basandome en la intensidad del dolor y los dias en que me dolía hasta respirar. En las 3 ocasiones la perra se volvió loca girando entorno a mí entorpeciendo en vez de ayudar ¡pobre Telma!!
La 4ª de mis caídas sin desvelar se produce meses más tarde, convaleciente de fractura vertebral, empezaba a sentarme en la cama y dar unos pasos con ayuda. Y aprovechando un momento en que me dejaron sola, quice probar mis fuerzas. Entonces dormía en una cama de las chicas porque era más alta y más estrecha, lo cual facilitaba los cuidados. Me senté, y ayudandome con los brazos, dejé resbalar los pies hasta el suelo, probé a soltarme, medí con la mirada la distancia hasta la cómoda y emprendí el camino, y ocurrió.
Estaba a punto de alcanzar el mueble cuando ¡zás!, caí de espalda totalmente recta como un palo. Mi cabeza debe ser muy dura pues tras un breve aturdimiento lo único que me preocupaba era que mis hijas no me encontraran en el suelo.Utilizando el método de siempre me puse boca abajo y tras 3 intentos fallidos logré ponerme de pie y subir a la cama, así que cuando al ratito volvió mi hija estaba tranquilamente en la cama como la que nunca ha roto un plato.
Cuando al dia siguiente me preguntaron como es que tenía moratones en las piernas, me limité a un: "Y yo qué sé"...
En este momento me parto de risa imaginando la cara de Rosalía cuando lea esto...seguro que se acuerda porque me preguntó: "¿No te habrás levantado?".

6 comentarios:

  1. imagino esse percurso de caídas,enquanto todos nós nem imaginava-mos sequer o que por aí vinha.há sempre alguma coisa que nos escapa por mais atentos que estejamos. seguramente que Rosa se vai recordar. tive opturnidade de assistir a pelo menos 2 das tuas estranhas quedas ,e não me vou esquecer.

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  2. Y que lo digas... La cara que he puesto cuando he leído esto! Y es que recuerdo perfectamente el día ese que te pregunté por qué tenías tantos moratones !!! Qué fuerte, y tú haciéndote la nueva: "No sé, me salen solos", y claro, yo te creí... Eres una insensata, fijate tú y yo tan tranquila, a saber dónde, pensando que mi madre era lo suficientemente prudente como para no hacer una barbaridad tal de levantarse en el estado en que estaba... Aaaaay, qué disgustooo! Menos mal que no nos lo contaste entonces, que efectivamente, te hubieramos dado muuucho la brasa, jeje..
    Hablando de caídas, yo recuerdo especialmente una. Estabamos las 2 en mi habitación. Yo estaba sentada en la butaca cosiendo, creo, y tú dandome instrucciones. Te levantaste y te decidiste a ir hacia la cocina. Por aquel entonces tenias el andador (del cual nunca fuiste muy amiga, la verdad sea dicha). Te agarraste al andador y tal como fuiste a dar el primer paso, estornudaste con tal fuerza que perdiste el equilibrio y te caíste modo plancha hacia atrás. Esa forma de caerte aterrizando con la cabeza en el suelo, se me quedó grabada en la retina, y el golpe... sonó un "PUUMM!!" que pensé que te habrías abierto la cabeza, que iba a empezar a salir sangre por ahí y... uuufff, yo qué sé, me puse de los nervios.
    Me levanté corriendo a levantarte y ni sé cómo lo hicimos porque me temblaban las piernas.
    En fín, realmente creo que eres dura de mollera (en todos los sentidos)

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  3. Pillina!!!!, mira que caerte en silencio y a escondidas. Yo siempre me he caido en público y con público, excepto una vez que estando solo en casa me caí y como no tenía brazos en los que apoyarme para levantarme me arrastré hasta la puerta y con el pie la abrí esperando que alguien pasara por el rellano. Tube suerte y a los cinco minutos pasó la chica que hacía la limpieza de la escalera y yo creo que todavía estará alucinando ya que no entendía nada de lo que le intenté explicar. Al final solo entendió que me ayudara a levantarme. Aquel día me senté en el sofá y no me levanté no sé cuantas horas más tarde. Y sí, somos de cabeza dura.

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  4. Não imaginava a minha Tia a fazer coisas destas!!! Está pior que as crianças, quando lhe dizem para ficar quietas...Estas histórias só vêm comprovar que a teimosia é um mal de familia! jejejej bj Dani

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  5. ADILIA QUE FUERTE ERES; MIRA QUÉ NO DECIR A TUS HIJOS QUE TE HABÍAS CAÍDO; YO EN EL FONDO TE ENTIENDO NO QUERÍAS PREUCUPAR A TUS HIJOS; YO NO ME CAY NUNCA ESTANDO SOLA; BESITOS GUAPA; QUÉ TE CUIDEN MUCHO

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  6. ¿Por qué será que no me sorprende lo que cuentas?

    Jajajajaja Un besote.

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