Que cosas más raras pasan en mi casa desde que estoy enferma. Es como si un fantasma hubiera decidido vivir con nosotros para gastarnos una u otra bromita.La última vez fue, nada más nada menos, que en la cena de navidad. Resulta que Rosa metió el pavo relleno en el horno, a la temperatura requerida, pero se ve que el fantasma les oyó decir que querían cenar temprano, y pa qué... Pués que decidió bajar el horno de 240 a 170 grados. Una faena!!!
Total, yo creo que le divierte ver como los chicos se echan la culpa unos a otros. Que si la sandwichera amanece encendida sin que nadie la haya usado en la cena, que si la lavadora se para sola...
Yo tengo mi teoría, creo que los fantasmas en realidad comen. Sospecho que el nuestro, cuando la lavadora está en funcionamiento, decide prepararse un "tentempié" para de paso apoyarse contra el botón de la lavadora y pararla. También le gusta bromear con mi cepillo de dientes, mi hija lo pone a cargar, el fantasma lo para, la niña lo vuelve a poner y otra vez lo para el fantasma, una y otra vez. Tanto es así que le dije a mis hijos de comprarme uno nuevo, pero tras un último intento el cepillo funcionó perfectamente.
Otra manía que tiene es escondernos la ropa en los lugares más extraños, lo hace a mala leche, porque esconde las prendas de abrigo en invierno, y en verano los pantaloncitos cortos y demás...
Desde el primer día la tomó contra las batidoras, se ve que no le gusta el ruido que hacen. Así que se dedica a estropearlas una tras otras, ya vamos por la 7ª. Sí es mucho dinero, pero yo necesito comida triturada, ¿qué voy a hacer? Pues que ya las compro por pares.A ver si se cansa y se muda de casa...
Estoy segura de que hasta mi nieto, con sus escasos 4 meses ya sabe lo que pasa. Puede que hasta lo vea, pués últimamente pone la boquita en "O", sonríe e intenta hablar... A mí me parece tan gracioso que solo con verle me olvido de las trastadas de nuestro fantasma.
Moraleja: A todo se acostumbra un@...


