25 mar 2016

Mis manías e ironías


¿Soy una maníatica del orden y de la limpieza?
Creo que sí (sin caer en el ridículo). Quiero decir que cuando tenía visitas o celebraba algo en mi casa, me daba igual de todo, lo importante para mí era que mis invitados estuviesen a gusto y relajados.
Pero en cuanto me quedaba sola tenía que limpiar y ordenar todo lo más rápido posible. Las ventanas limpias, las cortinas bien colocadas, las toallas bien rectas en los toalleros, la cocina y el baño relucientes..

Con mi cuidado personal lo mismo. Siempre, aunque fuese corriendo, limpia y depilada, tanto en verano como en invierno, porque de otro modo no era feliz conmigo misma. Ahora tengo que esperar a que alguien me lo haga y aunque mi buena ducha me la dan mis hijas cada mañana y no voy descuidada, no es lo mismo.

Claro que eso requiere un trabajo, principalmente cuando se tiene un empleo. Yo me levantaba el fin de semana a la misma hora de siempre, solo así conseguía tener tiempo para cocinar, planchar, limpiar y ordenar. Aún sacaba tiempo para hacer costura, croché, etc... Por eso me pongo nerviosa cuando veo que ya no puedo hacer nada y no controlo la situación.

No soporto la dejadez, la inactividad, la pereza, el derroche, la mesa sin mantel, los malos modales, las palabrotas, los gritos, el egoísmo y tantas cosas... Y no digo que mi familia sea así, pero desde luego como yo no son en lo que a espiritú de sacrificio se refiere.

Ahora me conformo con lo que hacen mis hijas y sus parejas, y nada es igual. A mi hijo no lo cuento porque felizmente tiene su trabajo y aunque viene todos los meses duerme en su casa y raramente come aquí. No me puedo quejar porque cuidan de mí y nunca estoy sola. Pero no sé donde está nada.

La frase que más me puede irritar es "¿Dónde está?". ¿Dónde está mi móvil, el cargador, las llaves, el mando de la tele o del aire, la tarjeta sanitaria de mamá..? ¡¡Ay!! Con los documentos me hierve la sangre. ¿Cómo puede alguien dejar un documento encima de una mesa? ¡Me supera! Así la semana pasada tuve que comprar un termo nuevo porque no hubo manera de encontrar la garantía del otro que tenía 3 años y una garantía de 5.


Sé que a mis hijos no les va a gustar este post, pero es mi libertad de expresión, que se aguanten igual que yo tengo que aguantar en silencio (porque no puedo hablar) tantas y tantas cosas que me desagradan.

Hoy en día los momentos libres y "no libres", los dedican a tontear con el móvil ó el ordenador, que es otra cosa que no me explico. No hay trabajo pero todos, incluso los parados, tienen un iPhone de 600 euros, ropa de marca y qué sé yo... ¿Qué significa eso? Pues que exprimen a los padres y abuelos como limones. ¿Y cuando se acabe el dinero de las pensiones? ¿O nos muramos los viejos que pasará?

(Escrito con la mirada).

4 comentarios:

  1. Eheheh! Querida Adilia é assim, os tempos mudaram e a geração dos nossos filhos já é diferente da nossa e a dos nossos netos também não será igual. Sabes, nem que fosses minha irmã seriamos tão parecidas, eu também fui um pouco assim,trabalhar trabalhar, trabalhar. Agora já vou deixando muitas coisas para o outro dia e ficando esquecida. Se eu te compreendo amiga. Um Grande abraço da glorinha

    ResponderEliminar
  2. aiiiii! que teus filhos não vão gostar mesmo!mas deixa lá! não te vão matar porque és um limão que ainda tem sumo,ahahaha me perdoem sobrinhos,mas eu que conheço a casa ,e todos vós,não pude deixar de achar engraçado.podiam ter dito á mãe que foi a tia Mimos que desapareceu com a garantia do termo!eu não me importava,e ela ficava menos zangada. estou mortinha por assistir ao vivo ao: onde está? Aqui em casa sou sozinha a lidar,e há coisas que nunca sei onde estão. exemplo, os meus óculos de ler. beijinhos

    ResponderEliminar
  3. jajajaj!! Mal de muchos, consuelo de tontos!!

    ResponderEliminar
  4. Adilia así es la VIDA! y no la vamos a cambiar, en nuestra juventud no tenia mos nada y nada nos faltava, jugamos con pelotas de tramo, montamos en las bicicletas de nuestros padres. A los 13 años ya trabajaba en el textil y en casa mi padre era labrador. Todo lo que se lo aprendí de noche. La VIDA! también me enseño a dar los estudios que yo no tuve a mis 4 hijos. Hemos pasado por baches de entendimiento, siempre los hemos superado. Tanto los hijos como mis 8 nietos, entran y salen de casa, sin previo aviso de visita. Te confieso que los dies de escuela 4 nietos almuerzan en casa y tienen unos minutos para acompañarme siempre, se sientan en mi cama y yo cargo de sus energies. Nunca me ha sabido mal la libertad que siempre han gozado. Abrazos Josep

    ResponderEliminar