4 jun 2012

Vacaciones (Parte II)

Cuando bajamos del avión en Sevilla hacía más de 40 grados. Por un momento me arrepentí de haber venido, pero ya era tarde.


Recogimos las maletas y nos acomodamos en el coche de mi cuñada que vino a recibirnos. El viaje de unos 30 km hasta el poblado donde vivían mis suegros, me pareció ese dia la travesía del desierto. En fin, pasamos la primera noche como se pudo en un cuarto sin ventana y una casa herméticamente cerrada para impedir la entrada de los mosquitos.
Al día siguiente mi suegro se sintió mal y desde el ambulatorio más cercano le trasladaron a Sevilla donde quedó ingresado, así que me quedé sola con mis hijos en medio de la nada, sin teléfono, ni una tienda donde comprar algo para los niños e improvisando las comidas con lo que había en la casa.
Lo peor fue cuando al caer la noche se llenó la casa de mosquitos. ¡Nunca había visto una cosa así! (luego supe que había que cerrar puertas y ventanas antes de que llegara la avalancha de insectos). La hora coincidía con el único momento del día en que había un poco de aire fresco. Se me ocurrió untar a los niños con vinagre y aplicar en las picaduras la pomada que llevaba en mi botiquín de viaje.
El día se pasó de la misma forma, me quedaba otra noche y no veía la hora de irme de allí.
Esa última noche mi niña pequeña empezó a quejarse de la boca y no dormía, y repetía: "Agua, agua..." Pensé que le estaba saliendo una muela... En fin, amanecimos agotadas, recogí nuestras cosas, pasamos por el hospital a despedir a los abuelos y junto con una sobrina de mi marido, que se había unido a la estancia de la playa, Toñy, una chica de 17 años encantadora, cogímos el autocar para Ayamonte donde tenía cita con mis padres para que me ayudaran a cruzar el río (entonces no había puente).
A punto estuvimos de reenviar a Toñy, la prima, de vuelta a Sevilla. Se dejó el bolso con sus documentos en el autocar, por suerte era la terminal y le dije: "Corre por si está esperando en la parada de salida". Qué alivio cuando la ví volver con el bolso, mientras Rosalía se cayó de boca jugando en la plaza y le salió un bulto enorme en la frente.


Este fue el cuadro que se encontraron mis padres. Tocaba volver a coger el barco, cruzar el Guadiana, con identificación en ambos márgenes y control de aduana en Portugal (parece que hace una eternidad que no existen esos trámites...), luego coger otro autocar hasta la urbanización vacacional.
Una odisea... Más de uno estará pensando que estaba loca...

CONTINUARÁ...

3 comentarios:

  1. eu estou pensado que tu de louca nunca tives-te nada. de lutadora e corajosa,tives-te tudo.
    que pena não podermos voltar a viver tudo outra vez. quando leio as tuas coisas, não posso deixar de pensar na frase(a minha vida dava um filme)

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  2. No hace tanto tiempo que tenemos ordenadores en las casas... y los mosquitos ya estaban antes que Internet...

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  3. Me estoy poniendo de los nervios..., espero que el final sea bueno, porque vaya vacaciones leche!!!

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