Yo no podría inventar nada, por eso siempre cuento cosas de mi día a día ó recuerdos del pasado, salvaguardando los más intimos ó aquellos que impliquen malestar para alguien.

En fin, ese año mi marido acababa de empezar en un nuevo trabajo y no tenía vacaciones, tampoco estaba nunca en casa... Así que hablé con él y le dije que me iba a Portugal a pasar unos días de playa con los niños y ver a los abuelos. Él me sugirió visitar a sus padres que apenas conocían al mayor, habían visto una vez a Rosalía y nunca a la pequeña... Tampoco es que se murieran de ganas, para mi suegra que tenía varios nietos, solo existían algunos y por supuesto no eran mis hijos. Aún así, hice planes para compaginarlo todo. Empecé por comprar vuelos de ida a Sevilla con vuelta desde Lisboa. Alquilé un lugar en la playa, les pedí a mis padres que se vinieran con nosotros y una vez todo organizado llegó el día.
Fuimos en coche al aeropuerto de Ginebra, facturamos el equipaje y como quedaba tiempo y era la hora de comer, pensamos en comer juntos en el restaurante, para que los niños no lo derramaran todo en el avión. A la hora del embarque, una azafata nos hizo pasar delante de todos y nos acompañó hasta el avión. Todo bien, salvo las caritas de mis 3 niños al ver que empezaron a traer las bandejas del almuerzo y que a ellos nada... "¿Por qué no nos traen a nosotros?" Estaban tan decepcionados que les pedí 1 zumo y un par de cositas para picar.

CONTINUARÁ...
Estas vacaciones prometen....
ResponderEliminarprometem mesmo. das nossas conversas,minha memória guardou alguma coisa,mas vou gostar de ler a
ResponderEliminarcontinuação.